La exposición solar es la cantidad de luz solar que una persona recibe en su piel durante un período de tiempo determinado y puede tener tanto efectos positivos como negativos en la salud. Por un lado, la luz solar es una importante fuente de vitamina D, necesaria para la salud ósea y el sistema inmunológico. Por otro lado, el sol puede generar envejecimiento prematuro de la piel, arrugas, manchas y cáncer de piel.
El sol emite radiación ultravioleta(UV), la cual se divide en rayos UVA y UVB. Los rayos UVB son más cancerígenos que los ultravioleta A (UVA), siendo aún más intensos entre las 10 am y las 4 pm, en lugares más elevados y más cercanos al ecuador. Lo mismo sucede con la nieve y la arena que reflejan los rayos UV, aumentando así la exposición a los rayos UVB.
Los rayos UVA se producen con alta intensidad durante las horas del día y provocan reacciones de fotosensibilidad más agudas que los UVB y contribuyen más al envejecimiento prematuro.
Por todo esto es que, el protector solar debes usarlo todos los días y su aplicación diaria debe convertirse en un hábito para vos. Utilizar protector solar a diario ayuda a prevenir el cáncer de piel.
Los protectores solares más eficaces son los de amplio espectro, que combinan agentes capaces de filtrar (ya sea absorbiendo o reflejando) tanto la radiación ultravioleta A como la B (UVA y UVB). El factor de protección solar (SPF) mide la protección únicamente contra los rayos UVB, no contra los rayos UVA y, cuanto mayor sea el SPF, mayor será el grado de protección contra los rayos UVB y las quemaduras solares.
En tal sentido, el protector solar debe tener un FPS de 30 o superior, se debe aplicar en una cantidad adecuada y reaplicarse cada dos horas o después de bañarse o de transpiración excesiva. Un producto con SPF de 30 significa que sólo 1/30 de los rayos UVB llega a la piel (o que una persona puede permanecer al sol 30 veces más tiempo) cuando se aplica el protector solar. Sin embargo, para lograr el SPF deseado, una persona debe aplicar una cantidad adecuada de protector solar.
El protector solar debes usarlo durante la exposición solar pero también en los días nublados, lluviosos y en invierno, como así también estando en nuestras casa podemos estar expuestos al sol cuando tenemos entrada de sol por las puertas o ventanas, en el balcón o en la terraza.
El protector solar debe aplicarse por lo menos 30 minutos antes de la exposición solar y no hay que olvidar colocarlo en las partes sensibles de la piel como las áreas calvas de la cabeza, orejas, cuello, nariz, empeines de los pies y manos, a la vez que usar también protector labial y no exponerse entre las 10 y las 16 horas. Además se debe utilizar sombrero y anteojos de sol.
Todos los protectores solares, aun aquellos resistentes al agua, deben aplicarse nuevamente luego de nadar o darse un baño, hacer ejercicio físico en exceso, secarse con toalla o cuando transcurrieron más de dos horas de la última aplicación.
Tomar conciencia es clave para incorporar hábitos que beneficien nuestra salud. Adoptar el uso diario de protector solar es hacer una inversión a largo plazo para la salud de nuestra piel.