En lo que va de 2025, Nicaragua ha reportado 3.250 casos de malaria, un aumento asociado al incremento de las lluvias. Se identifican infecciones por Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax, siendo el falciparum el de mayor gravedad. La transmisión ocurre en todo el territorio nacional, con mayor incidencia en áreas rurales, y tiende a aumentar durante la temporada de lluvias debido a la presencia de agua estancada que favorece la proliferación de mosquitos.